El litio, la gobernanza y los vehículos electricos

En Verdes y Frites una vez al mes hacemos un programa especial dedicado al ambiente al que llamamos «Planeta B». Acá, junto con Gabriel Mazzei, problematizamos aquello que tiene que ver con nuestro modo de habitar el mundo, de pensarnos politicamente y de consolidar las discusiones que hacen a nuestro futuro. Hoy: El litio, la gobernanza y los vehículos electricos.

Plena crisis institucional, cultural,de representación. Como diría mi prima Lulú, no podemos dar a la democracia por sentada. Gerardo Morales, represor y déspota, es precandidato a vicepresidente, compañero de Larreta. ¿Qué más podemos decir de la crisis que nos atraviesa? Que la economía, por supuesto. Que lo ambiental, porsupollo. Hay una reforma constitucional que se escribe a espaldas del pueblo que solicita, pide, demanda, exige, manda (manda porque el pueblo manda) participar. Entonces decimos que la gobernanza también hace al medio ambiente, a la cuestión ecológica del zoon politikon, porque la retórica moldea el sentido y la cachiporra también, porque los discursos de odio contaminan al igual que la letra escrita en diarios y reformas.

Acá recordamos el artículo 124 de la Constitución Nacional: “(…) corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio.” Pero ojo, que no solo queda ahí: corresponde al Congreso (entre otras cosas) “reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos” y “asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten.” (Art. 75 inc. 17 de la Constitución Nacional)

Por si algún despitado, tada, tade todavía no lo sabe, pues del litio, señoras y señores, hablamos del litio. Del-ion-de-Li. ¿Qué escuchamos sobre Li? Que es un elemento de la tabla periódica, un mental, un mineral, que se encuentra en forma rocosa o en salares, que es un recurso natural estratégico, que es el futuro. Que las baterías de litio y la electromovilidad. Pero desarrollarlo todo, acá, sería imposible. Por ello invito a investigar, o al menos escuchar el podcast.

Pero para el podcast, antes, una fe de erratas y media.

Nuestro Cafiero preguntó al respecto: si la electricidad que usa un auto eléctrico se genera a partir de fuentes fósiles ¿de qué transición energética me hablás? Y tiene mucha razón. Y como a toda buena pregunta deviene el entusiasmo.

Aquí, la primera fe de erratas: en el programa, envalentonado, dije que “la matriz energética” se compone así y asá, para explicar que, efectivamente, la generación eléctrica de hoy no resolvería el problema. Es decir, si el coche eléctrico consume energía eléctrica que se genera a partir de fuentes fósiles… ia-tu-sabe.

Entonces dije “matriz energética” cuando lo correcto hubiera sido decir “matriz eléctrica”. Creo que todo el mundo comprendió, igual. Nadie se alteró o a lo mejor algún pisho académico se dio cuenta. Además, veníamos hablando de la electricidad. Pero soy muy obse con el uso del lenguaje, y por eso aclaro: matriz energética es el todo, la parte eléctrica es una parte.

Le echamos más claridad al asunto y actualizamos los datos al 2021. (*)

Por empezar, la Oferta Interna Primaria, o Total Primary Energy Supply (TPES), se cubre, en Argentina, con las siguientes magias:

Carbón mineral: 1,61% (nada, por suerte)

Gas natural: 52,23% (una bocha, como verán, y por eso el gasoducto Néstor Kirchner)

Hidráulica: 2,89% (utilizada en la generación eléctrica, ya verán)

Nuclear: 3,76% (utilizada en la generación eléctrica, ya verán)

Petróleo: 31,37% (k desirte)

Resto: 8,13% (acá tenemos eólica, solar, biomasa y cositas)

Parte de las energías primarias, o fuentes de energía primarias, o recursos energéticos primarios, sufren transformaciones porque la energía no se crea ni se destruye, sino que se transforma. Por ello tenemos fuentes o energías secundarias, pérdidas y así. Por ejemplo, el gas natural de pozo se “transforma” en gas distribuido por redes, o el petróleo se refina y se obtiene la nafta, el diesel, etc, que después le ponés a tu auto. En el caso de la energía eléctrica, o electricidad, pasa lo mismo: para generarla, fuentes primarias y secundarias son transformadas. Sí, exactamente así: la electricidad no es “natural”, sino que hay que producirla a partir de otras energías. ¿Y cómo producimos, hoy, nuestra energía eléctrica? Pues así:

9,56% con Hidráulica.

12,47% con Nuclear.

2,06% con Carbón mineral.

0,83% con Solar.

4,92% con Eólica.

3,24% con Fuel Oil.

7,70% con Gas Oil.

59,22% (!!!) con Gas natural de red.

Ahí es donde se evidencia que el coche eléctrico es un parche y no la panacea.

La otra media errata fue un maldicho a propósito: utilicé la denominación de Vehículos de Movilidad Personal (VMP) para referirme a los coches, los famosos automóviles, aunque se está intentando entender a VMP como aquellos monopatines o… ¿o qué? Fijensé cómo los define la Agencia Nacional de Seguridad Vial, en la Disposición 480/2020, Anexo I, que complementa a la Ley de Tránsito Nº 24.449: “vehículo de una o más ruedas destinado al traslado de personas y autopropulsado por motorización eléctrica o cualquier otro tipo de motorización. Se exceptúan de esta definición las bicicletas y bicicletas con pedaleo asistido, los vehículos para personas con movilidad reducida y los vehículos definidos por la Ley Nº 24.449 y sus normas complementarias.”

¿Soy yo, o mi comprensión de texto falla? Un vehículo con una o más ruedas destinado al traslado de personas y autopropulsado por cualquier motorización ¿no es acaso un automóvil, un camión? Más acertada es la definición que usan en Mendoza (en la Ley 9024 de Seguridad Vial de la Provincia de Mendoza), a saber, en donde definen a los Dispositivos de Movilidad Personal: “vehículos de una o más ruedas dotados de una única plaza y propulsados exclusivamente por motores eléctricos. Sólo pueden estar equipados con un asiento si están dotados de sistema de autobalance. Se excluyen de esta definición los vehículos sin sistema de autobalanceo y con asiento, los vehículos concebidos para competición y los vehículos para personas con movilidad reducida.” ¡Esta definición si que introduce conceptos!

Igual, esto es un prurito intelectualoide, una obsesión mía. Por ello, la media errata: dije “vehículo de movilidad personal” para referirme, a propósito, a los automóviles, como cruzada personal contra el Derecho que pretende inventar la rueda.

Jugatelá, decí bicicleta, decí monopatín, que todo el mundo sabe a lo que nos estamos refiriendo.

(*) Balance Energético Nacional (actualizado al 2021): ACÁ

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