El eterno DNU 

Hoy el presidente Javier Milei encabezaba una nueva reunión de Gabinete en Casa Rosada a partir de las 8:30 con sus funcionarios, donde repasaron la situación económica y las perspectivas políticas de cara al tratamiento legislativo de la Ley Bases.

La Cámara Nacional del Trabajo declaró nuevamente la inconstitucionalidad del capítulo laboral del decreto de necesidad y urgencia (DNU) 70/23. Lo hizo ante una acción de amparo presentada por la Asociación del Personal Aeronáutico, que había pedido “la inconstitucionalidad e inaplicabilidad de lo dispuesto en el Título IV – Trabajo-” del decreto.

Los camaristas Diana Cañal y Alejandro Perugini sostuvieron que esa parte del DNU, que en los hechos significaba una reforma laboral completa, “pretender socavar la legitimidad de que los sindicatos reclamen por los derechos individuales, en total olvido o desconocimiento, de que en la historia de la humanidad, fue la unión de los trabajadores la que hizo la fuerza”.

A esto, se le suma que hoy la Vicepresidenta convocó una sesión en el Senado para tratar los pliegos de unos seis embajadores, entre los cuales solo hay uno que genera dudas: el del rabino Axel Wahnish para la embajada en Israel. A Wahnish le recriminan su postura —que es la de Javier Milei— respecto a mudar la embajada argentina a Jerusalén. El más crítico es Martín Lousteau, quien podría votar en contra del pliego junto a otros radicales y dejar, así, en un número muy precario al oficialismo. Villarruel confía, sin embargo, en que un sector de Unión por la Patria saldrá en su rescate. La apuesta libertaria tiene nombre y apellido: Juan Manzur y los santiagueños que responden al gobernador Gerardo Zamora. La Libertad Avanza pretende aprobar, en total, unos seis pliegos: el de Gerardo Werthein —dueño de uno de los holdings más grandes del país— para la embajada en Estados Unidos, el de Guillermo Nielsen para Paraguay, el de Ian Sielecki para Francia, el de Mariano Caucino para India, el de Sonia Cavallo —hija del ex ministro Domingo Cavallo— para la OEA, y, finalmente, Axel Wahnish para la embajada de Israel. Los primeros cinco no generan grandes inconvenientes, pero el caso de Wahnish es diferente. 

Wahnish es un rabino de una comunidad judeomarroquí que tiene un vínculo muy cercano con Javier Milei: el presidente lo conoce hace dos años y los consulta seguido desde entonces. Lo llama, incluso, su “guía espiritual”, y lo designó personalmente para ocupar el cargo de embajador en Israel. 

Las críticas a la postulación de Wahnish no son por el personaje, sino por la defensa que había hecho, en la comisión de Acuerdos del Senado, al deseo del presidente de trasladar la embajada —que hoy se encuentra en Tel Aviv—a Jerusalén, un territorio en disputa con Palestina. Uno de los más críticos, en su momento, había sido Martín Lousteau, quien se había negado a acompañar el dictamen —respaldado por el resto del radicalismo— hasta que la misma canciller Diana Mondino se trasladó a su despacho del Senado para convencerlo. 

Originalmente, el peronismo se había manifestado en contra de la designación de Wahnish por los mismos motivos que Lousteau: la embajada en Jerusalén. Con el correr de las horas, sin embargo, dos actores comenzaron a presionar internamente para habilitar su aprobación. El más importante fue el tucumano Juan Manzur, quien mantiene una vínculo con varios integrantes de las ramas del judaísmo más ortodoxo. En una reunión de bloque que se realizó el miércoles por la tarde, Manzur fue categórico en su defensa a la postulación de Wahnish y los otros cinco pliegos diplomáticos. También salieron en su defensa los dos senadores que responden a Gerardo Zamora, como Claudia Ledesma Abdala y Gerardo Montenegro.