Caminando la Argentina: Santa Cruz

En la columna «Caminando la Argentina» que sale por «Verdes y Frites», recorreremos las provincias de nuestro país de la mano de Gonzalo Yurkievich: Licenciado en Geografía y Doctor en Historia.

En la primera parte de la columna, hicimos una contextualización geográfica e histórica, que incluía las particularidades de la Provincia patagónica, la cual nos permitió por un instante ser parte de ese paisaje que ibamos descubriendo. Luego pudimos conocer cuáles son las principales actividades económicas que tiene Santa Cruz y su devenir, Lana – Petróleo – Oro y Plata – Pesca.

En Santa Cruz se dió la llamada “La Rebelión” de los peones rurales que dió lugar a una película muy conocida “La Patagonia Rebelde” y la represión del Gobierno de Yrigoyen.

Galería de imágenes:

Conocimos la leyenda del Calafate:

Se dice que cierta vez Koonex, la anciana curandera de una tribu de tehuelches, no podía caminar más, ya que sus viejas y cansadas piernas estaban agotadas, pero la marcha no se podía detener. Entonces, Koonex comprendió la ley natural de cumplir con el destino. Las mujeres de la tribu confeccionaron un toldo con pieles de guanaco y juntaron abundante leña y alimentos para dejarle a la anciana curandera, despidiéndose de ella con el canto de la familia.


Koonex, de regreso a su casa, fijó sus cansados ojos a la distancia, hasta que la gente de su tribu se perdió tras el filo de una meseta. Ella quedaba sola para morir. Todos los seres vivientes se alejaban y comenzó a sentir el silencio como un sopor pesado y envolvente.


El cielo multicolor se fue extinguiendo lentamente. Pasaron muchos soles y muchas lunas, hasta la llegada de la primavera. Entonces nacieron los brotes, arribaron las golondrinas, los chorlos, los alegres chingolos, las charlatanas cotorras. Volvía la vida.


Sobre los cueros del toldo de Koonex, se posó una bandada de avecillas cantando alegremente. De repente, se escuchó la voz de la anciana curandera que, desde el interior del toldo, las reprendía por haberla dejado sola durante el largo y riguroso invierno.


Un chingolito, tras la sorpresa, le respondió: “nos fuimos porque en otoño comienza a escasear el alimento. Además durante el invierno no tenemos lugar en donde abrigarnos.” “Los comprendo”, respondió Koonex, “por eso, a partir de hoy tendrán alimento en otoño y buen abrigo en invierno, ya nunca me quedaré sola” y luego la anciana calló.
Cuando una ráfaga de pronto volteó los cueros del toldo, en lugar de Koonex se hallaba un hermoso arbusto espinoso, de perfumadas flores amarillas. Al promediar el verano las delicadas flores se hicieron fruto y antes del otoño comenzaron a madurar tomando un color azulmorado de exquisito sabor y alto valor alimentario. Desde aquél día algunas aves no emigraron más y las que se habían marchado, al enterarse de la noticia, regresaron para probar el novedoso fruto del que quedaron prendados.


Los tehuelches también lo probaron, adoptándolo para siempre. Desparramaron las semillas en toda la región y, a partir de entonces, “el que come Calafate, siempre vuelve.”

Por último, aprendimos sobre los grandes proyectos hidroeléctricos en desarrollo, y también sobre los daños ambientales que estas pueden traer a la provincia.

Caminando la Argentina quiere llevarte cada viernes, a que nos acompañes por estos viajes, con una mirada crítica, que vincule al paisaje, a la historia y a la construcción de las identidades de cada lugar. Acompañanos!

Podes escuchar Verdes y Frites, noticias y un poco de humor ácido, de Lunes a Viernes de 14 a 16 hs