Es el 60 aniversario de “Un estudio sobre la banalidad del mal”

En la columna de EFEMÉRIDES de «Verdes y Frites» que sale de Lunes a Viernes de 14 a 16 hs tocamos las fechas más importantes, y les damos una vuelta de rosca. Con nuestro compañero Fernando Lozada.

El 16 de marzo de 1963 salió en la revista The New Yorker el Vº y último tomo de “Eichmann en Jerusalén” que luego con pocas variaciones se transformó en el libro: “Eichmann en Jerusalén – Un estudio sobre la banalidad del mal”, la autora fue Hannah Arendt, la filósofa de origen alemán que fue corresponsal en el juicio a Eichmann en Jerusalen.

Otto Adolf Eichmann: fue un genocida austroalemán de la Segunda Guerra Mundial, oficial del régimen nazi, participe de alta jerarquía de la organización del Holocausto, es decir de la llamada  «solución final de la cuestión judía» sobretodo en Polonia, y de los transportes que se enviaban a los campos de concentración.

Eichmann logró escapar y no ser parte de quienes fueron juzgados en Nuremberg, se escondió en Argentina con el nombre de Ricardo Klement, desde el 15 de julio de 1950 hasta el 20 de mayo de 1960, cuando fue secuestrado y trasladado a Israel por el Mossad para ser juzgado, siendo encontrado culpable de crímenes de guerra en un juicio público en Jerusalén. Ejecutado por ahorcamiento el 1 de junio de 1962.

Durante su encarcelamiento antes del juicio, el Gobierno de Israel envió no menos de seis psicólogos para examinar a Eichmann. No sólo los médicos no encontraron ningún rastro de enfermedad mental, sino que tampoco encontraron pruebas de personalidad anormal. Incluso no se podría decir que fuera antisemita

Los monstruos existen pero son demasiado pocos para ser realmente peligroso; más peligrosos son los hombres comunes, los funcionarios dispuestos a creer y obedecer sin discutir…

Primo Levi

Para Arendt, Eichmann no era el «monstruo» o el «pozo de maldad» cómo lo llamaban los medios.

Eichmann de ninguna manera era inocente, pero estos actos no fueron realizados porque Eichmann estuviese dotado de una inmensa capacidad para la crueldad, sino por ser un burócrata, un operario dentro de un sistema basado en los actos de exterminio.

 La frase BANALIDAD DEL MAL se refiere al comportamiento de Eichmann en el juicio, no mostrando ni culpa ni odio, alegando que él no tenía ninguna responsabilidad porque estaba simplemente “haciendo su trabajo”. Él cumplió con su deber…; no sólo obedeció las órdenes, que también obedeció a la ley.

ENTONCES «banalidad del mal» SE REFIERE A que algunos individuos actúan dentro de las reglas del sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre sus actos. 

No se preocupan por las consecuencias de sus actos, solo por el cumplimiento de las órdenes. La tortura, la ejecución de seres humanos o la práctica de actos «malvados» no son considerados a partir de sus efectos o de su resultado final, con tal que las órdenes para ejecutarlos provengan de estamentos superiores.

Recomendación: Película Hannah Arendt de Margarethe von Trotta

La Ley de Obediencia Debida n.º 23 521 fue una disposición legal dictada en Argentina el 8 de junio de 1987, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, que estableció una presunción que los delitos cometidos por los miembros de las Fuerzas Armadas cuyo grado estuviera por debajo de coronel durante el terrorismo de Estado y la dictadura militar no eran punible.