A 50 años de “el Marplatazo”, la lucha antifascista continúa.

Con motivo de cumplirse 50 años de “el Marplatazo”, la Asamblea por una Sociedad sin fascismo presentó una nota (92-NP-2022 ) en el Concejo Deliberante para que se modifiquen los nombres de tres calles: la Diagonal Alberdi Norte por Silvia Filler; G. Matinez Zuviría a Gregorio Nachman y Hugo Wast por María del Carmen Maggi.

La iniciativa busca reivindicar las figuras de Silvia Filler, María del Carmen Maggi y Gregorio Nachman quienes fueron víctimas del terrorismo de Estado (antes y después del golpe genocida) y también personas comprometidas con la construcción de un mundo mejor. Ellas y sus familias merecen un homenaje permanente en la ciudad de Mar del Plata.

En contra posición, las actuales denominaciones de dos de las calles ponderan y naturalizan en la sociedad a quien con su pluma y sus acciones estuvo siempre al servicio de la intolerancia, el odio, la discriminación, el segregacionismo y el fanatismo, sus letras justificaron las acciones más atroces, no sólo de la década infame -de la cual fue protagonista- sino también de los posteriores totalitarismos genocidas: Gustavo Adolfo Martínez Zuviría (cuyo pseudónimo era Hugo Wast).

La Diagonal J.B. Alberdi tiene dos ramales, por lo que el principal artífice de la Constitución Nacional no perdería su homenaje.

Quiénes fueron Filler, Maggi y Nachman

El crimen de Silvia Filler fue el bautismo de sangre de la organización parapolicial y paramilitar de la ultraderecha peronista, la Concentración Nacional Universitaria (CNU). Silvia tenía 18 años, llevaba poco tiempo en la vida universitaria cuando un conflicto con un profesor, acusado de implementar el modelo de enseñanza de la dictadura, la puso a ella y a sus compañerxs en la mira. Dos de ellos, de hecho, fueron
expulsados sin juicio académico.

Frente a ese caso, el Centro de Estudiantes (CEAM) convocó para el 6 de diciembre de 1971 a una asamblea de la que participaron unos 300 estudiantes y se realizó en el aula magna de la misma facultad. Mientras los jóvenes debatían qué medida tomar, ingresó al recinto un grupo perteneciente a la CNU con el fin de disolver la asamblea. Filler estaba sentada en la tercera grada, cerca de la puerta y un disparo le
impactó en la cabeza.

Al asesinato de Silvia le siguió una serie de protestas de sus compañerxs, muchas de las cuales terminaban en jornadas represivas. La facultad se cerró hasta julio del año siguiente. Al malestar por el crimen, se fue sumando el apoyo de otros estudiantes, trabajadores y delegados de la CGT regional, que concluyó en un paro el 14 de junio de 1972. Esa jornada, conocida como “El Marplatazo”, transcurrió con enfrentamientos entre militantes y el Ejército, pero concluyó tiempo después con la condena y el envío
a la cárcel de los culpables del asesinato y todxslxspresxs de anteriores movilizaciones puestxs en libertad.
La ultra derecha peronista también fue quién luego de secuestrar el 9 de mayo de 1975, asesinó a María del Carmen Maggi. Como decana fue una ferviente promotora de la derogación del arancelamiento para el estudiantado de la Universidad Católica.Durante el proceso de unificación de las Universidades Católica y Provincial, “Coca” (como todxs la llamaban) fue la última resistencia a ese proyecto que
impulsaba la Concentración Nacional Universitaria (CNU) para hacerse con el control
total.

En una reunión con Pedro Arrighi -rector de la U.P-, María del Carmen pudo grabar la entrevista y luego la hizo pública en los medios de prensa. Allí Arrighi sostenía que la única manera de integrar la Universidad era designando a Jorge Aguilera, conocido representante de la derecha y que se planeaba echar a todo el personal docente y no docente. A raíz de esto Arrighi fue separado de su cargo y comienzan las amenazas telefónicas y allanamientos ilegales por parte de la CNU dentro de la Universidad.

La ferviente militante de la educación pública y gratuita fue secuestrada en la casa que compartía con sus padres. Ese operativo -y tantos otros- contó con el apoyo y manto de impunidad de quien era el fiscal federal: Gustavo Modesto Demarchi (líder intelectual de la CNU, tras el asesinato de Ernesto Piantoni).

Sobre el actor comprometido con su época Gregorio Nachman remarcamos que decidió romper con los centros convencionales de representación y los cambió por espacios más libres, abiertos, como calles de barrio, fábricas, sindicatos. Por ejemplo el estreno de “Un despido corriente”se realizó en la Universidad tomada por lxs estudiantes, con la policía afuera. Su impronta se reflejaba en el lema “si la gente no
va al teatro, el teatro tiene que ir a la gente”. Fue secuestrado el 19 de junio de 1976 con 46 años. En el mismo operativo fue “chupado” Luis Conti, actor del elenco estable del Teatro de la Comedia Marplatense. Se lo llevaron en un Peugeot 504 verde claro que era conducido por el suboficial de Infantería de Marina, José Francisco Bujedo que pertenecía a los Servicios de Inteligencia de la Marina.

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