Salsipuedes, el grito de la memoria

El domingo 16 de octubre se llevó a cabo el acto oficial de colocación de la placa de señalización del Paso de Salsipuedes como Sitio de Memoria, reconocido por la Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria (Ley N° 19.641).

El petitorio fue presentado por Asociación de Descendientes de la Nación Charrúa (ADENCH), Consejo de la Nación Charrúa (CONACHA), Clan Choñik y Hum Pampa. Participaron además otras comunidades y organizaciones indígenas de diferentes partes del país. Por Mónica Michelena, para ANCAP.

Esta acción constituye un hito en la historia del movimiento charrúa, un merecido acto de reparación histórica, ya que es la primera vez que el Estado uruguayo reconoce oficialmente la grave violación a los derechos humanos cometida contra los pueblos originarios.

Desde la década del 80′ los colectivos y organizaciones indígenas hemos ido instalando lentamente esta temática en la sociedad y, en distintas ocasiones, demandamos al Estado uruguayo el reconocimiento del genocidio charrúa, que ha sido silenciado sistemáticamente por la narrativa hegemónica de las élites nacionales.

Uruguay, Paso de Salsipuedes – Acto de declaración de sitio de memoria en paso de Salsipuedes, Paysandú.

Salsipuedes, el lugar de la masacre, es considerado por nosotros un sitio sagrado; un sitio de memoria que venimos construyendo colectivamente desde 1997, cuando nos reunimos por primera vez allí en un encuentro en el que participamos más de ochocientas personas. Desde entonces cada 11 de abril nos congregamos allí colectivamente para honrar a nuestros ancestros allí “presentes”, porque los muertos de Salsipuedes no están faltos de poder, están en cada uno de nosotros.

A pesar del silencio impuesto por la historia oficial, nuestra Oyendau es una memoria de resistencia y resiliencia, que ha sido capaz de sobrevivir por casi doscientos años. Este domingo, el silencio se transformó en un grito colectivo; un grito que, a diferencia de otros años, se escuchó con otra vibración. Esta vez las voces colectivas emanaban desde una profunda reconciliación interna.

¡El Pueblo Charrúa está vivo y de pie, construyendo su propio destino!

¡TIDÁ ETRIEK, GEPPIAN OYENDAU! (¡BUSCANDO LA VERDAD, SEMBRAMOS MEMORIA!)

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