¿Qué se espera de estos cuatro años de intendencia de Montenegro?

Editorial – Nota de opinión: Javier Germinario – 07 de Enero 2024

La pregunta inicial empieza a responderse de solo pensar en cómo hemos transcurrido
marplatenses y bataneses los cuatro años que acaban de pasar. Pero también podría tomarse otro
parámetro: han sido tan disímiles los perfiles de los últimos tres intendentes que no resulta
complejo deambular entre grandes proyectos y promesas incumplidas, no prometer nada para no
dejar pendientes, y prometer abstracciones intangibles gozando además de un blindaje que te
deje indemne.
Montenegro transitó los primeros cuatro años bajo sospecha de no saber dónde quedaban
algunos lugares que le tocó nombrar. Y bajo certeza de no haber llegado de la misma manera a
cada rincón del distrito. Gobernó pensando en que esta experiencia ejecutiva debía medirse como
horas de vuelo que califiquen a una siguiente etapa en otra altura que jamás se dio.
Aquellas abstracciones iniciales ni siquiera fueron sometidas a sondeo: austeridad, “laburo”,
siempre ofreciendo el “culo a la jeringa”, el gordo que le daba el teléfono a todo el mundo. La
seguridad.
¿A costa de qué las arcas pueden balancear en superávit si esos recursos se recaudan de vecinos
que esperan obras y servicios y progreso?

¿Después de afirmar hasta el cansancio que siempre va a estar del lado de los que laburan;
podemos preguntarnos qué lugar ocupan los que también quieren trabajar pero no tienen dónde,
ni qué hacer en una ciudad que no crece en empleabilidad?

¿Cuáles son los riesgos que se corren ante desafíos que no se proponen nunca resolver dramas
históricos, problemas estructurales, déficits de gestión enquistados y perennes?

Darle el sí a emprendedores acomodados y a grandes empresarios que ven la veta en una ciudad
como la nuestra puede embellecer la superficie y ser leído como una impronta proactiva y
auspiciosa, solo si dejamos de interesarnos por quienes naufragan en profundidades oscuras por
más que hagan malabares por intentar salir a flote o llegar a alguna orilla. A lo sumo lo
conseguirán solos, por su cuenta, y pese a todo. Incluido pese a un gobierno que no tiene ojos
para las mayorías, salvo cuando va a la justicia a hacer el acting tan aplaudido de pedir que liberen
la cuadra del acampe.

¿Qué es posible esperar de Montenegro ahora?
Si nos dejamos llevar por los 14 minutos de lectura en su acto de asunción de segundo mandato
del 10 de diciembre en el que hubo 7 menciones al concepto de Región, y ninguno a Cultura (por
poner un ejemplo), y en el que no hizo lugar a ninguna autocrítica, pero sí se permitió acicalarse
con decir que había logrado lo propuesto en los primeros cuatro años (de nuevo, ¿cómo se mide el
logro de abstracciones?), muchas y muchos podríamos concluir en que la respuesta más
abarcativa es NADA. No esperemos nada de esta gestión municipal. En los primeros cuatro años
tenía a la vista una vara tan baja que unas luces nuevas en avenidas y calles del macro centro,
unos monumentos brillantes en siete plazas, un trámite on line para abrir un comercio y algunos
eventos para entretenernos (y para que dos o tres magnates ganen mucha plata) alcanzaron para
mantener los votos y para quedar incluidos en el balance autosatisfactorio. Y si bien el momento
actual debiera ser distinto, porque no recibe ninguna otra “herencia” que nos sea lo que él mismo
hizo (y todo lo que no)el clima es el de una aldea en la que cada una y cada uno no espera nada de
nadie más y el devenir depende de sí mismo. Sin embargo un caso muy reciente podría aportarnos
ingredientes para advertir el menú completo de este período político que comienza:

Entre el 30/12 y el 1/1 empresarios e industriales de la pesca y del puerto se revelaron (por
escrito) contra un pequeño párrafo del proyecto aniquilador del Mileismo. Para otro momento nos
reservamos la observación sobre lo interesante que hubiera sido que actores tan poderosos e
influyentes hubieran expresado alerta sobre el resto de la bomba con forma de Reforma del
Estado… (lo dejamos para ilusionarnos en otro momento). Casi inmediatamente hubo un primer
intento poco difundido de contenerlos con declaraciones de un funcionario. Sin embargo un
selecto núcleo de apellidos del alcurnia del puerto, más gremios y centrales no frenaron y llenaron
horas después un espacio público donde se mostraron críticos, determinados, y unidos. La lectura
de la política atravesó todos los ámbitos. El funcionario contenedor fue reemplazo por el
intendente quien “se puso al frente del reclamo”. Casi al mismo tiempo el gobernador voló a la
ciudad y se reunió con ellos. Y funcionarios nacionales dieron espacio inmediato para escuchar el
mensaje y anunciar revisiones a la iniciativa. El caso cuenta por lo inmediato, por lo veloz y por
algunos mensajes entre líneas que pintan lo que sí se puede esperar del Montenegro:
Que mande a un secretario a intentar bajar decibeles y desactivar un reclamo
Que advierta que eso es imposible y ante una correlación desventajosa agarre la capa y prepare el
culo para ir por la jeringa
Que consiga una reunión (colado) ante un ministro y un compromiso de revisar lo proyectado
Que vuelva y por todo lo alto se adjudique el logro personalísimo
En la maniobra Montenegro, el mismo que llamó a votar LLA pero que intentó decirse opositor
local, terminó destacando la oportunidad de diálogo que no consiguió con le sigo de gobierno
nacional anterior. Esto es esperable. Esto y que mientras reclama discriminación en las partidas y
proyectos cobró con votos obras que nación y provincia realizaron en la ciudad durante cuatro
años (eso por impericia de quienes estaban en otra cuando debieron haberlo capitalizado) es
esperable esto y que por lo bajo pida a la provincia auxilio para pagar salarios para llegar a fin de
año.
Lo esperable y lo que no, y el darnos cuenta que nos sigue tocando ir a buscar lo que necesitamos
es clave. E insistiremos sobre este punto en todas las dimensiones en las que la enorme, diversa,
heterogénea comunidad siga teniendo pendientes para dejar atrás lo vulnerable, y anhelos para
progresar y cumplir sueños colectivos. Cuando no esperamos nada del otro, de quien se puso a
manejar la cosa pública y asumió poderes para representar a sus deseados pero también a todos,
lo que no llega solo hay que ir a buscarlo. Juntos, orgullosos y con dignidad. Y a eso arengaremos
desde nuestros micrófonos que llegan a toda la Región Mar del Plata también este año.